ANALIZANDO MI ENTORNO DE TRABAJO ¿TENEMOS ALGO QUE CAMBIAR?
Hace unos nueves meses llegué a la Inspección de Ordenación del Territorio de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. En este tiempo he tenido la oportunidad de llegar a conocer gran parte de las peculiaridades de este cuasi 'centro directivo' y que vienen determinadas en parte por la naturaleza de sus actuaciones y la normativa que las regula; el perfil específico de la mayoría de su personal (inspectores y asesores), la cierta autonomía de la que goza y su relación con otros Centros Directivos de la Consejería; y por último, el espacio físico en que se ubica (las Caballerizas dentro de la Casa Rosa).
La Inspección tiene como misión velar por el cumplimiento de la legalidad territorial y urbanística en la Comunidad Autónoma de Andalucía y su organización y estructura viene determinada por los sucesivos Planes Generales de Inspección de Ordenación del Territorio y Urbanismo.
El desarrollo de la actividad inspectora se manifiesta a través de tres esferas de actuación: el ejercicio de la potestad de policía administrativa (que incluye tramitación de denuncias, revisión o impugnación de resoluciones administrativas nulas, y tramitación de procedimientos de protección de la legalidad y sancionador); formación e información (impartición de cursos, aclaración de consultas y emisión de informes a técnicos municipales); y cooperación institucional (con la Administración de Justicia, Notarios y Registradores de la Propiedad, y Colegios Profesionales).
Una vez vistas las peculiaridades referidas anteriormente y el plano formal de la misión de la Inspección y sus ámbitos de actuación, he destacado en este análisis DAFO, las que considero que son las principales características que la definen, con el fin de establecer las posibles áreas de mejora y refuerzo.
Una vez realizado el análisis DAFO, en el que se pone de manifiesto que el personal de la Inspección es a la vez fortaleza, por su compromiso, en la mayoría de los casos, y debilidad, por la reticencia a los cambios y una distribución de tareas, a veces descompensada y parcelada, especialmente en el área administrativa, el análisis CAME, también se centra en ambos aspectos como las áreas a reforzar o corregir, según los casos.
Si hasta ahora había utilizado el análisis DAFO como una herramienta muy útil de diagnóstico de una situación, su puesta en relación con el análisis CAME me ha proporcionado una visión clara y concreta de hacia dónde me gustaría que se dirigiera y qué medidas concretar se podrían utilizar para conseguir cambiar y mejorar dicha situación.
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